POR OBJETIVO, LA VERDAD

Blog subordinado a la busqueda de la verdad (y siempre recordando que somos humanos y errar es lo propio)

miércoles, 1 de octubre de 2008

500 X 10= YA VAN 5000 KMS


Como se viene haciendo desde hace trece años, con la llegada del otoño, en tajamar se organiza la carrera de 500 kms relevos hasta el santuario de Torreciudad. Se acude a este santuario para ofrecerle a la virgen los triunfos conseguidos en este año y a la vez pedirle que vuelva a proteger a los deportistas otro año más.
Con la tradicional bendición de D. Rodri, incondicional de esta carrera sin el cual no sería la misma, arranca el primer relevo siendo los más jóvenes del colegio los que lo portan. Pero pronto los más veteranos y expertos lo cogen para comenzar lo que va a ser uno de los grandes viajes que se pueden hacer hoy día. Con un tiempo que ronda los 20º y viento en contra que dificulta el avance marchan los corredores por tierras de Madrid y de Castilla la Mancha.
Mientras tanto, el Club Ciclista Filabres emprende su marcha y pronto deja atrás a los que van a pie. Son pocos pero el esfuerzo que realizan no tiene ningún desperdicio. Cuando la primera jornada llega a su fin está presente en las mentes de todos la próxima etapa. Hay un clima de incertidumbre en no saber si los tres corredores que deberán realizar algo más de 400kms serán capaces de hacerlo.
Pronto llega la mañana del viernes, tanto, que todavía no ha salido el sol. Pepe Valcarcel, conductor que aguanta el ir y venir de un sitio a otro para que no faltara de nada a los corredores, conduce el coche a Cogollado, pueblo famoso por su gastronomía. A las nueve de la mañana, Mariano Sanchez, el “Presi”, es el primero dar pedaladas. Por delante las primeras rampas duras donde su principal enemigo es el viento. Un poco más tarde toma el relevo Benito Romero y en último lugar Javier Díaz-Meco. Los tres avanzan sin detenerse ante nada y luchando con constancia y ambición contra la distancia y el viento. Pero como dijo Felipe II con la armada invencible: “no los envié a luchar contra los elementos”. No podíamos decir que si no lo conseguíamos era por el viento que tanta resistencia les oponía al avance.
A las 14:00 ambas carreras se cruzan en Tudela, y recogen fuerzas en el trailer donde nunca faltan los alimentos que alivian el cansancio de los atletas. El descanso es merecido pero corto y pronto se reanuda la carrera. Por suerte el viento ha amainado y no es tan sufrido avanzar.
Pueblos y ciudades se quedan atrás y muchos son los que todavía quedan por pasar pero como decía el poeta de Castilla: “despacito y buena letra, que más vale hacer las cosas bien que hacerlas”.
No se sabe si fueron las ansias de llegar o la emoción de estar tan cerca de la meta a donde se debía llegar el sábado, que el viernes se consiguió recorrer el tramo del sábado. Parecia imposible cuando por la mañana se avanzaron los primeros kilómetros, pero al final, allí estaban los corredores y el coche de apoyo que tanta falta hizo para esa empresa.
Después de un largo día era merecida una buena cena. Hay que agradece a esas señoras de la carrera que con tanto esmero prepararon unos bocadillos que de tan grandes que eran no cabían en la boca.
El sábado por la mañana los corredores atraviesan Barbastro entre los cánticos propiciados por Antonio Nieto y los petardazos, estos bajo la atenta mirada de la Guardia Civil, de Luis Sanchez.
Y por fín, ahí esta, el Santuario de Torreciudad. Con una breve ceremonia se presentan ante la Virgen los triunfos, y regalos. Después de celebrar la eucaristía, espera una comida que dejan a uno preparado para volver a Madrid. Quien este leyendo esto parece que en estos tres día solo se ha hecho deporte y comido, en verdad, así es. Y no se que es lo que más gusta, quiza sea por eso que el año que viene volveremos, y si cabe, con más fuerzas aun.