POR OBJETIVO, LA VERDAD

Blog subordinado a la busqueda de la verdad (y siempre recordando que somos humanos y errar es lo propio)

jueves, 6 de diciembre de 2007

Museo del prado.

Museo del prado.

Gracias a un trabajo de camarero pude asistir a una pequeña inauguración de la ampliación de Moneo el sábado 28 de octubre. Llegue, como es habitual en mí, justo de hora y no pude fijarme en los exteriores. Dentro, en la sala donde se ofrecía el cóctel observe mármol y cristal, lujo y maravilla y todo en medio de un gran despliegue de medios para la recepción de los invitados. Saludos entre los camareros y aventuras de los últimos días. El metre manda vestirnos y nos avisa ¡sois doce para cerca de 1000 personas! Al principio llegan pequeñas oleadas y el trabajo es fácil. A la media hora nos olvidamos de toda delicadeza y las bandejas rinden al 150% de sus capacidades. Algún compañero hace el comentario “si el Señor de los Anillos era la batalla por la Tierra Media, esto es la guerra por coger algo”; otro “los orcos son animales de compañía al lado de estos clientes” y así un sin fin de comentarios. Pro fin toca la hora de terminar y reviso que no me falte ningún troza del cuerpo.
En la más absoluta tranquilidad echo un ojo a lo que hay allí. El blanco es el color predominante pero a Moneo no le gusta una línea monótona, así que incluye más colores que la bandera de la paz. Se recrea un escenario atípico de seriedad y elegancia. No falta ningún lujo, incluso los grifos funcionan al pasar la mano por el grifo. En definitiva se puede considerar una obra a la altura de una de las pinacotecas más importantes del mundo.
Para situar al lector que no lo haya visto o al que ya ha visitado la ampliación del museo, hay un salón detrás del museo (parte de la ampliación) del que sale un pasillo y al fondo hay unas escaleras mecánicas. Me recordaba a una entrada de metro o a las escaleras del Corte Ingles, en definitiva, algo no grato a la vista y al gusto. Pocas luces para resolver la manera de acceder a la ampliación, qué diría Brunellesci.
Me dirijo a la calle y menos mal que era de noche, no concebía lo que veía. No diferenciaba bien si era la mole del ministerio de sanidad o el nuevo edificio de Moneo. Desde luego si lo que quería era contrastar con el resto de edificios, lo consigue. Todo a su alrededor es blanco, edificios de estilo neoclásico y la impoluta Iglesia de san Jerónimo. Moneo ha proyectado un edificio de forma cuadriculada donde no se distingue bien lo que se ve ¿tal vez un bloque de viviendas hecho por el pocero de Seseña o la ampliación del Prado?
He de reconocer que lo más impresionante so las puertas de bronce, dignas de estar a la altura de otras como las Puertas del cielo de Brunelleschi. Una obra que simula ramas como si de gavillas de sarmientos se tratara. En definitiva, unas puertas hechas para durar y que han sido puestas en un lugar que no está a la altura. Si se hace un bloque al estilo “antiguo régimen” se le ponen puertas de contrachapado, no de oro.
Para concluir me gustaría decirle dos cosas ha Moneo que quizás nadie se lo diga tan claras: te has colmado; y la segunda: rectificar es de sabios (aunque el estropicio ya esté)

jueves, 30 de agosto de 2007

UN BARCO A VIGO

¡Qué buenos días he pasado aquí! Ahora toca la despedida y un repiquetear de las campanas de Cangas parece llorar mi marcha. Sé que es una pena abandonar esto, pero la esperanza de saber que cuanto antes marche más tiempo será el que tendré que mantener este olor e imagen de la ría de Vigo, me da fuerzas para regresar pronto. En el horizonte, un pequeño velero se mece con el viento a la vez que unas cuantas nubes cargadas de agua amenazan su marcha, pero al igual que todas las cosas en la vida, un pequeño contratiempo aporta experiencia para superar mayores problemas. Con todo, me doy cuenta que tal vez Vigo no sólo sea Vivaldi, pues la imagen que llega a mis ojos me dice a los oídos que es la mayor obra compuesta por todos los grandes compositores que en este mundo han vivido. Ya caen las primeras gotas de agua que y la gente marcha para dentro del barco que me aleja de la tranquilidad de ese maravilloso pueblo llamado Bueu.

lunes, 11 de junio de 2007

Ley estricta o manejable

“….el legislador puede elaborar una buena norma para una situación pero que al ponerla en práctica, por no haber tenido en cuenta las consecuencias que podían producir, motivado en gran parte por la separación del legislador de la vida política, produce un resultado desfavorable, situaciones de desigualdad o contradice a otros principios.”

A raíz de los acontecimientos que están ocurriendo en España los últimos días, y como estudiante de derechos que soy me surgen numerosos interrogantes. Elegí estudiar derecho por la capacidad de entender la verdad que nos rodea y conocer la conservantes que la cobijan, los principios, derechos y garantías, los fines y los objetivos de toda medida.

En estos tiempos difíciles que atravesamos en la sociedad donde el bien y el mal dependen de la concepción ideológica que tenga cada uno y la justicia sea un arma del poder me hacen dudar de si mis estudios también son fruto de un movimiento ideológico. Esto me ha llevado a la situación de elaborar un sistema de reglas sencillo para lograr una formación intelectual acorde con lo que mi razón dicta correcto. El problema de esta norma es que puede llevar a escuchar lo que solo le interesa a uno desoyendo el resto. Para evitar dicha situación hay que convertirse en una persona abierta de mente tratando de reflexionar las posturas que parezcan más disparatadas y mas “irracionales” y nunca tener miedo de lo nuevo con una mirada siempre al pasado para que los errores ya cometidos no vuelvan a cometerse, así dice una inscripción en la puerta de Auswich: “el que no conoce su historia está condenado a repetirla”. De esta forma también lo manifestó Horacio. “historia magíster vital est”.

Mutatis mutandi, la carga ideológica que el gobierno puede ejercer al derecho lo puede convertir en un brazo de poder, que ya no sería mediático, sino un órgano dependiente que destruye todo el sistema de separación de poderes que los grandes filósofos del siglo XVII elaboraron y alcanzó el máximo exponente en Montequieu el cual ya estableció los dos modelos de separación de poderes que se dan en la actualidad.

La justicia puede optar entre dos caminos: la escisión total o la participación junto con el gobierno. Analicemos cada situación. Si recordamos la antigua roma los mayores juristas (Ulpiano, Gayo, Modestino, etc.) eran hombres que poseían una recta visión de cada situación daban una solución a cada problema sin atender a cuestiones políticas. Hay que destacar que ninguno de estos juristas estudiaron la carrera de derecho como se hace actualmente, el único código de leyes que usaban era su recto juicio. Con el aumento del poder y los intereses políticos que cada vez tenían más fuerza, este empezó a entrometerse en los pleitos a la vez que el derecho empezó a decaer hasta el punto de no entenderse la mayoría de términos y aspectos del derecho teniendo que recurrir a ingentes libros de citas para elaborar un complejo sistema de normas, que sin llegar a entenderlas, se pudieran aplicar. Como vemos en la historia ya refleja las dos situaciones y a lo que conduce cada una de las dos opciones. Ahora bien, ¿Qué sería si las normas fueran idiotas (recordar que la palabra idiota proviene del griego ιδιωτης para referirse aquel que no se ocupaba de los asuntos públicos, sino sólo de sus intereses privados.)? lo que quiero decir con esta pregunta es que el legislador puede elaborar una buena norma para una situación pero que al ponerla en práctica, por no haber tenido en cuenta las consecuencias que podían producir, motivado en gran parte por la separación del legislador de la vida política, produce un resultado desfavorable, situaciones de desigualdad o contradice a otros principios.

Creo que es una contraposición pero la tesis de que la justicia debe ser igual siempre caiga quien caiga o la antitesis, la interpretación de un modo distinto en ciertas ocasiones que provoque una situación beneficiosa para el bien común, deberían ser fruto de la reflexión por quienes toman decisiones, con un debate para que los pilares de la sociedad sean sólidos y nuestros enemigos no puedan aprovechar su debilidad. Espero que el futuro y el profundo estudio de la licenciatura de derecho puedan solucionarme esta duda entre la pureza del derecho o la toma del mismo como un aparato corrector de los problemas sociales.