Pepiño ha vuelto a comparecer en el Congreso para hablar del plan de austeridad del Ministerio de Fomento y de las obras que nadie sabe si se van a realizar o no. Un profesor mío dio en clase un gran consejo: nunca lleves a cabo los planes que se te ocurran a las seis de la mañana, por muy bueno que te parezca, serán un gran error.
Pues bien, yo creo que el sr de las fiestas (por que parece que es lo único que sabe hacer bien) toma todas las decisiones a esa hora, con alguna que otra copa de más.
Ha vuelto a subir el gasto previsto para el ejercicio 2011 a unos 500 millones más que pueden llegar a ser 700 si, como dice él, sale eso aprobado en los presupuestos que en pocos días empezarán a debatirse en el Congreso. Y digo que como él dice, por que por lo menos dice algo ya que de hacer bien poquito pues remitirse a los presupuestos en el fondo no es nada. Para eso los españoles que le vimos ayer podíamos haber estado haciendo otras cosas que estar prestándole atención.
Pero lo más gracioso de todo es el truco de magia. El Gobierno puso en marcha el plan de austeridad para reducir el déficit público y previó un ahorro en el Ministerio de Fomento de 1.759,63 millones de euros. A día de hoy solo se ha reducido el gasto en 400 millones ¿de dónde se sacará el resto? ¿de la chistera de mago? Menudo Gobier-no
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