POR OBJETIVO, LA VERDAD

Blog subordinado a la busqueda de la verdad (y siempre recordando que somos humanos y errar es lo propio)

martes, 2 de septiembre de 2008

LIBERTAD


Hace unos años, un amigo me preguntó que era lo que yo entendía por libertad, desde entonces me pregunto que significa ser libre. No soy filósofo ni sabio, pero hay ciertos aspectos en la vida que requieren cierta contemplación y meditación. Este creo que es un de ellos.
La lucha por alcanzar la libertad ha sido siempre el objetivo que ha movido a luchar en guerras y batallas, que ya sabiéndose perdidas, se prefería morir a perder la libertad. Mel Gibson en el excelente papel de William Walas refleja esa lucha con gran entereza. Muere en la horca defendiendo la independencia de su pueblo frente al invasor inglés que con las armas ocupó sus tierras, explotando a sus aldeanos, a los que no toma como ciudadanos, sino como súbditos (algo común para la época, el concepto de ciudadano empieza a surgir con la Revolución francesa desapareciendo la relación súbdito-soberano) Demuestra que no siempre lo más importante es vivir, sino el como se hace y que hay campañas en las que merece dar hasta la última gota de sangre.
Ejemplos como este, reales y perfectamente documentados de que así fueron se dan a patadas en la historia. Hace 2000 años un hombre protagonizó la mayor agonía que el hombre es capaz de resistir por hacernos libres. Nos enseño el significado de la libertad. Murió en la cruz, nos dio a su madre, y nos dio todo su ser sin pedir nada a cambio. Fue ejemplo para todos, cristianos, ateos, mormones, etc.
La libertad es inalienable a la condición humana. Nunca debería ser objeto de comercio o dado en prenda a modo de garantía, por que se quiera o no, es individual a cada uno e intransmisible. Se puede decir, y caer en una falsa idea de que al ser de cada uno se podría usar a modo de billete, pero no estamos hablando de una cosa, de una res, como se me enseño en clases de latín y de derecho romano, sino de lo que nos define como personas que estamos llamadas a cumplir con un papel, en la sociedad, en la familia, y con nosotros mismos. De no ser así seriamos una piedra que se mueve al antojo de las corrientes, llevados de aquí para allá al antojo de modas y consejos absurdos.
A cada momento que pasa, a cada segundo, forjamos nuestro propio presente, que es el futuro del pasado. Carpe Diem pero entendiéndolo como se entendía en su origen, aprovecha el momento, único e irrepetible, no lo desperdicies, lucha por ser semilla, no una rama seca, lo que tienes es mucho más de lo que piensas, exprímelo y nunca, nunca digas que no eres capaz por muy difícil que se ponga el asunto. Se necesitan virtudes, adquiridas con constancia, de acto tras acto, a modo de meta individual. Sin la libertad nunca existirían las virtudes, sólo serían actos correctos o buenos, pero nunca un mérito a título personal.
Ser libres conlleva responsabilidad. Hablar de una significa hablar también de la otra, es una espada de doble filo.
Quiero denunciar un secuestro, el de mi amiga responsabilidad. El otro día quede con ella pero me dejo tirada, por tanto sólo pude quedar con libertad, podía hacer lo que quisiera sin tener que responder por ninguno de mis actos, por mi tiempo perdido. No hice nada políticamente incorrecto, tampoco robe, ni asesiné, simplemente me senté delante del televisor, cerrando la puerta de mi habitación para que mi madre, que estaba cocinando no supiera lo que hacía, y encendí un canuto que no me colocó, pero que a cualquier cosa que pasará me entraba la risa floja. Hice lo que quise sin hacer daño a nadie. Fue entonces cuando oí un grito en la cocina que me resulto muy gracioso. Entre grandes carcajadas esperé a que terminara la película. Cuando ya pude dejar de reír abrí la puerta de la habitación, atravesé el pasillo, y entré en la cocina. Mi madre, tumbada en el suelo en medio de un charco. El efecto del canuto no se me había pasado y no comprendía que hacía allí. Cogí un bollo y me fui a la habitación a fumarme otro canuto. Por el pasillo me cruce con mi hermano que acababa de llegar a casa
Al rato empecé a oír ruido de ambulancias. Demasiado cómodo estaba en la cama para ver que pasaba. Al rato dejaron de oírse y entonces mi hermano abrió la puerta de la habitación. Tenía los ojos rojos y la cara desfigurada. Otra vez me dio la risa floja. Él me cogió del brazo, me subió al coche, y me llevó al hospital donde mi madre acababa de morir tras haberse clavado el cuchillo con el que cocinaba. Cuando se pasó el efecto del porro me di cuenta que la situación no era tan graciosa como creía.
Por suerte esto es falso, un cuento un tanto macabro. Lo que haces, aunque no lo parezca tiene muchas más consecuencias de las que pensamos, aunque no lo queramos ver. Es esta vida sólo la justicia tiene derecho a vendarse los ojos para ser justa.
Tan importante como la libertad es la responsabilidad y si antes dije que era una espada de doble filo es por que ambas son inseparables. Más importante incluso que la libertad es la responsabilidad con que se administra, la cualidad de ser los grandes gestores de nuestras obras. No darse cuenta uno de ello sería perder un tesoro y ser esclavos, no de un señor o de un rey, sino de algo mucho peor, de nuestros propios instintos, de la parte animal que tenemos, que para nada creo que haya que evitar.
Sin embargo no solo somos carne, las personas poseemos multitud de rasgos que nos diferencian de los animales, seres que obedecen a sus instintos, esclavizados y sometidos a lo que su cuerpo les pide. Los humanos, sin embargo, somos capaces de reprimir instintos básicos, que por ejemplo, nos permite vivir en sociedad, somos capaces de esquivar la ley del más fuerte para dejar reinar a la razón, y construir una sociedad plural en igualdad. Ser responsables es por tanto más importante de lo que se piensa y lo es incluso más que la propia libertad, ya que de no ser así difícilmente podríamos ser libres. El eslogan publicitario de una marca de neumáticos recoge esta idea “de nada sirve la potencia sin control”.
Por último quería fijarme en el problema de las drogas y sustancias que permiten evadirse de la realidad. No hay que engañarse, son un atentado contra la libertad. Dejamos de comportarnos por nosotros mismos para obedecer a una sustancia que durante un rato se mete en nuestro cuerpo para manejarnos a su antojo. No somos nosotros los que actuamos. Por que no somos nosotros, sino esas sustancias las que actúan en nuestro lugar el legislador ha querido introducir en el código penal, en su artículo 20.2 como eximente de la pena a “El que al tiempo de cometer la infracción penal se halle en estado de intoxicación plena por el consumo de bebidas alcohólicas, drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas u otras que produzcan efectos análogos…” ¿cómo ser culpables de actos que no son nuestros?
Como alegato final en defensa de la libertad solo digo que siendo libres y responsables seremos realmente felices. No doy ninguna definición de lo que significa libertad después de todo este rollo, pero espero que sirva para despertar inquietudes. Por cierto, yo así soy feliz.

2 comentarios:

El Espantapájaros dijo...

Sí que es complicado escribir sobre la libertad en general, es un concepto demasiado amplio y demasiado complejo, pero tú tienes el valor y el conocimiento para hacerlo de una manera ejemplar.

Quien defiende la libertad individual debe, por supuesto, defender igualmente la responsabilidad que conlleva, pues si no la primera no tendría sentido. Cada uno es dueño de sus actos y responsable de las consecuencias, y ha de rendir cuentas por ello.

Tu pequeño cuento ilustrativo me ha parecido muy perturbador. Como siempre me gusta retorcer las cosas, creo que quedaría aún mejor si fuese el hijo el asesino de la madre. Después de todo, que alguien se clave un cuchillo y que muera así es sumamente sospechoso. Eso sólo ocurre en "Destino final".

Finalmente, entiendo que has modificado tu opinión sobre el tema de la tan discutida eximente. Ya sabes que eso es problemático.

Espero nuevos escritos tan interesantes como éste.

Un saludo

Fontal Vertical dijo...

solo una cosa, a pesar de lo que digo sobre la eximente, no cambio mi idea original. parece confuso esto que digo, pero es muy simple. eres responsable de tus actos y lo que de ellos se deriven, y, aunque el código penal, entiende correctamente que en el momento que se comente un delito bajo los efectos de estupefacientes, lo que no refleja, es que realmente, si que debería ser responsable el sujeto que en libertad decide colocarse en esa situación donde no es él, el que actua. espero poder aclarar algo de lo dicho sobre la eximente del C.P. un abrazo y muchas gracias por el tiempo que dedicas a leerme, seguro que aprenderas cosas curiosas.